Las recientes olas de calor y los altos niveles de contaminación en la Ciudad de México no sólo han transformado la rutina diaria; también han encendido alertas sobre sus efectos en la salud, especialmente en niños y adolescentes. Lo que a simple vista parecen días soleados o cielos poco claros, en realidad representan riesgos silenciosos para los pulmones, el corazón e incluso el sistema inmunológico de quienes más queremos proteger: ¡nuestros TIGERS!
En el entorno escolar, cuidar la salud de los estudiantes es una prioridad. Por eso, es fundamental comprender cómo estos factores ambientales impactan el bienestar de los niños, y qué medidas pueden ayudar a prevenir complicaciones.
Aire contaminado = Pulmones en alerta
La Ciudad de México ha registrado niveles altos de ozono, lo cual ha activado contingencias ambientales. ¿Qué significa esto para los niños y jóvenes?
- Crisis asmáticas más frecuentes: El ozono y las partículas finas irritan las vías respiratorias, y los niños son especialmente vulnerables.
- Afectaciones pulmonares: Enfermedades como la EPOC avanzan más rápido cuando se respira aire contaminado por periodos prolongados.
- Riesgos para el corazón: La contaminación también tiene efectos en el sistema cardiovascular, incrementando el riesgo de infartos y otros padecimientos.

Olas de calor: cuando el cuerpo necesita un respiro
Con temperaturas que han superado los 30°C en la ciudad, el riesgo de sufrir golpes de calor o deshidratación ha aumentado, especialmente en los más pequeños o en personas con condiciones médicas previas.
Algunas señales de alerta incluyen:
- Fatiga excesiva, mareos o confusión.
- Sudoración intensa seguida de ausencia de sudor.
- Fiebre alta o convulsiones.

En espacios escolares, se promueven medidas como la hidratación constante, la regulación de actividades al aire libre y el uso de áreas frescas y ventiladas para prevenir este tipo de afectaciones.
Mosquitos: pequeños, pero peligrosos
El calor y la humedad también han traído consigo un aumento en enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, el zika o el chikungunya. Aunque parezcan temas lejanos, cada año se reportan más casos en el país, y es clave estar atentos a síntomas como fiebre, dolor muscular o erupciones en la piel.
¿Cómo podemos ayudar juntos?
Desde casa y desde el colegio, hay acciones simples pero efectivas para proteger la salud de los niños:
- Evitar actividades al aire libre cuando la calidad del aire sea mala.
- Fomentar la hidratación continua, incluso si no hay sensación de sed.
- Ventilar y purificar los espacios cerrados, especialmente en días de alta contaminación.
- Utilizar repelente y ropa adecuada para prevenir picaduras en zonas de riesgo.

En Cumbres Lomas, formar a nuestros TIGERS también significa proteger su salud física y emocional. Ante los desafíos ambientales que enfrentamos, la información y la prevención se convierten en nuestras mejores aliadas.